TEXTOS CURATORIALES & ENSAYOS
Texto Curatorial para la exhibición María en América Latina
por Dolores González Pondal
La muestra que nos invita a recorrer la artista visual Karina Carrescia, denominada “MARIA EN AMERICA LATINA’, es una serie de pinturas de diferentes advocaciones de la Virgen María en América y el Caribe.
La artista realizó una investigación intensa acerca del carácter y la estética local, tomando como punto de partida las raíces de la América virreinal, pero el gran logro y la llamativa belleza de las diferentes obras, radica en su interpretación de las mismas desde un punto de vista contemporáneo.
Ella consigue de esta manera ofrecer al espectador las características iconográficas propias de cada advocación. Su pasión por la pureza de los colores queda plasmada en los mantos coloridos y colmados de flores y ornamentaciones que se encuentran acompañados de símbolos, plantas, flores y aves nativas, con la intención de enmarcarlas en una tierra resplandeciente de color.
Con una técnica casi miniaturista, realizada con témpera, acuarela, tinta y dorado a la hoja, emula a aquella utilizada por los artistas virreinales.
Por medio de pinceladas magistrales, le da un aspecto fresco y una textura aterciopelada lograda con veladuras y pinceladas sutiles, La utilización del dorado a la hoja termina de darle la impronta de una pintura colonial americana.
Por el camino de la fe través de la belleza, la artista nos propone un recorrido de contemplación a la Santísima Virgen María.
En síntesis, es una muestra de Fe, belleza y simboles de nuestra tierra.
Dolores González Pondal
Conservadora y Restauradora de Arte
Profesora emérita de Tarea/Programa de Conservación de la UNSAM
Universidad de San Martin, Argentina
Miembro del equipo internacional ‘Conserving canvas’ apoyado por
Getty Conservation Institute en el Museo América - Madrid, España
Ensayo por Alejandro Boim
En la pintura de Karina Carrescia el tiempo pasa distinto.
Allí las tecnologías y caprichos infinitos de este mundo apurado, quedan reducidos a la nada.
Con un impecable oficio, tallado a través de años, Karina crea un universo minucioso, absolutamente personal y sutil que no encandila, sino hipnotiza.
Un universo completo, sin límites, para aquellos que están dispuestos a dejarse flotar.
En sus telas y sus dibujos todo es posible, todo puede acomodarse con una facilidad increíble,
desde edificios y paños hasta personajes y objetos; ese, lo sabemos quienes batallamos con la pintura a diario es uno de los méritos de su trabajo.
Muy pocos artistas lo han logrado.
Alejandro Boim
Profesor de Bellas Artes
Escuela Nacional de Bellas Artes. Argentina
Ensayo por Paolo Sacchini
"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires, la juzgo tan eterna como el agua y el aire." Jorge Luis Borges
Esta significativa frase de Borges, se refleja en cada obra de Carrescia. Arias del Río de la Plata es un título simbólico que representa el carácter de la ciudad de Buenos Aires. Las palabras paragonan el sentido de los buenos aires, mientras que las pinturas glorifican el agua y el río, representados por delicados colores y poesía.
Si bien las aguas del río reflejan la sensibilidad del paisaje citadino, la artista se inspira en el aire – Aria – como en un movimiento de una bella composición musical. Y se manifiesta a través de estos paisajes, en donde la naturaleza se fusiona fuertemente con la arquitectura.
En pinturas como “Puente de la mujer”, una estructura moderna y de extraordinaria potencia plástica, se esfuma en las aguas del río y en el color del cielo, que se transforma en una amplia vista lograda con pinceladas vivas y exquisitas variaciones cromáticas.
Muchas son las influencias que contribuyeron a determinar las pinceladas de Karina Carrescia. Sus pintores más amados son aquellos de la gran época del seiscientos, como Rembrandt, Vermeer y Caravaggio. Pero la derivación más evidente es quizás aquella de matriz tardo-impresionista. La artista menciona su fascinación por Turner, Whistler y Monet y esto se refleja en obras como Capricho dorado y rosa, Variaciones en cerúleo y Aria en azul.
Arias, variaciones, caprichos y adagios, se adaptan bellamente en armonía entre paisaje y color.
Contrastes de luz, esfumados y veladuras, reflejos y brumas son logrados entre colores puros que nos transportan por un instante a las arias del Río de la plata.
“Es necesario trabajar las sombras para crear luz, porque no hay luz sin sombra”, manifiesta la artista.
Mientras que para nosotros es tan interesante detenerse a observar una artista, que persigue con pasión y coherencia el camino del dibujo más puro y del concreto trabajo en el taller, sin abandonarse a las palabras y sin tanto dogmatismo de innovaciones desordenadas.
Paolo Sacchini
PhD en Historia del Arte. Universidad de Parma. Italia
Vice Director en Accademia SantaGiulia de Brescia. Italia
Ex Director en Collezione Paolo VI. Brescia. Italia
Ensayo por Eugenio De Caro
Karina Carrescia proyecta esta muestra como un ensayo muy significativo.
En sus pinturas, el arte captura tanto la realidad como la esencia de un paisaje desde un enfoque sensible.
Destaca su excepcional técnica y su particular uso de paletas de colores, ya sean vibrantes o pálidos, pero siempre provocando una profunda impresión en el espectador.
Inspirándose en la ciudad de Buenos Aires, La artista conduce al espectador a través de cielos y edificios, mientras les da vida con los más exquisitos colores y con un profundo sentido musical.
Karina comparte con nosotros su visión privada de la belleza y la magnificencia del mundo natural y el de la luz. En sus pinturas la musicalidad siempre está presente a través del uso de su propio lenguaje, que es indiscutiblemente el color.
Es un gran honor para la Accademia SantaGiulia presentar a nuestra comunidad una muestra tan hermosa.
Dott. Eugenio De Caro
Filosofo y Doctor en Filosofía Antropológica
Director en Alta Scuola di Progettazione Europea. Italia
Ex Vice Director en Accademia di Belle Arti SantaGiulia di Brescia, Italia
Ensayo por Luisella Magnani
`Y la música de su respiración se difundió como la luz´. P.B. Shelley
Colores que huelen a luz para llenar las geometrías de los espacios, donde espectador sensible habita, contenido dentro de las paredes del lienzo. Los colores crean luz, una luz por Excelencia… donde las formas y los matices son el aliento de su significado. Los espacios exteriores esculpidos dulcemente, son sólo un espacio interior, de un interior musical. Todas las pinturas quedan contenidas en él. El paisaje – paisajístico, está pintado a través de la música silenciosa que se convierte en geometría de luz, sabor a luz, perfume de luz y toques de luz en todas las pinturas.
Los colores cantan. Canta la música del `estar´ en el espacio de Buenos Aires, revelando esos Buenos Aires cuya voz es ideal, real y moral, una dimensión ideal – real – moral, que es el espacio en todas estas pinturas. Cada lienzo pareciera contener la voluntad sensible del observador, que invita a todo hombre al arte mismo de escuchar.
El espectador sensible no mira sus pinturas, sino que, como decía Merleau Ponty, sus ojos vagan tanto dentro del cuadro como dentro de las habitaciones del mundo.
En vez de mirar el cuadro, él mira según el cuadro mismo y con el cuadro mismo.
El Río se convierte en Cielo, así como el Cielo se convierte en Río. El Río cruza el Cielo, el Cielo cruza el Río.La luz dentro de la acción perteneciente al color, crea una imagen en movimiento – luz. Cada cuadro invita al Observador Sensible a entrar en el lienzo para tocar el perfume de un Paisaje que se ajardina en sí mismo, gracias al resplandor de esa luz, la Luz Divina que emana de cada lienzo. Cada lienzo es una habitación del Espacio de Creación de Dios.
La luz azul sabe el azul – Luz que huele la luz del sol, y escucha los ritmos y rimas del color blanco. Es tocar el piano donde el paisaje musical deleita y trasluce el rostro sonriente perteneciente a Buenos Aires,El - Más Allá - de las pinturas revela una nueva manera de vivir la pintura misma.
Dulces trozos de Buenos Aires – los espacios se han convertido en coloridos tiempos de días y noches vividos por la artista Karina Carrescia y su Espectador Sensible, que saborea, siente, huele, toca, escucha –y – observa también, eso `nunca antes pintado´, que, aun no siendo pintado, pertenece, no sólo al espacio y tiempo interior de la artista, sino también al del Espectador Sensible.
Es la dimensión de saborear – oler – tocar – escuchar, que colorea el espacio del lienzo que conduce al Espectador Sensible más allá de los ritmos y rimas de las líneas poéticas escritas dentro de las paredes del lienzo universal… Las salas del corazón de la artista.
Doctora Luisella Magnani
Doctora en Lenguas Modernas Extranjeras y Literatura
Università Cattolica del Sacro Cuore di Milano. Italia